Presentación

Al abrir este blog el Grupo Cultural Floricanto busca expandir su labor de creación y difusión. Integrado desde su origen, hace una década, por poetas, escritores, artistas plásticos y músicos vinculados a la creación.

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Presentación de Floricanto. Festival del Libro y la Rosa



POEMAS DE EDUARDO LUCIO MOLINA Y VEDIA, TERESA GUARNEROS, ALEJANDRO DE FERRARI, BEATRIZ SAAVEDRA GASTÉLUM, CÉSAR RODRÍGUEZ DIEZ, ILIANA GODOY, JAVIER GAYTÁN, MARLENE VILLATORO, ELIA ESPINOSA, PABLO ROMAY, ELVIA DE ÁNGELIS

Soy Eduardo Lucio Molina y Vedia (Buenos Aires, 1939), residente en México desde 1977. Sobreviví un año en cárceles de la dictadura militar argentina.

Leeré textos selectos de algunos de los poetas pertenecientes a nuestro Grupo Cultural y Editorial Floricanto.

Con más de una década de existencia que incluye festivales internacionales, publicación de decenas de obras y calificados talleres de creación literaria, Floricanto se caracteriza por la calidad de su trabajo, un genuino pluralismo y una sana autonomía de recursos.

Nuestra obra se da en múltiples elaboraciones sobre las más variadas realidades de la vida, desde formas y temas clásicos hasta la trasgresión creativa, el canto a la belleza del mundo natural, lo lúdico y lo metafísico, la denuncia de los crímenes que nos agobian (pero no nos doblegarán), Eros y Tánatos, fe y agnosticismo, la celebración de la existencia y la angustia de la nada, la plenitud de la felicidad contemplativa, la rebeldía ante la injusticia, el cuadro de costumbres, la minuciosa descripción de un crepúsculo, la elocuencia del sentido o el abismal vacío del absurdo, porque todo eso abarca la poesía. Como dijera Jorge Boccanera de Julio Cortázar, utilizando una metáfora futbolística, sorteamos los dogmatismos con la gambeta de los sueños.

Les pido a ustedes cordialmente que, en lo posible, omitamos aplausos protocolares. El silencio que sucede a un poema es, a veces, el poema.
Soy autor del poemario Río mar adentro y del libro de relatos Cuentos de novela. Leeré un texto mío inédito suscitado por la evocación de mi prolongada vida profesional. Se titula

Oficio

Eran días agitados,
de papeles urgentes yendo y viniendo,
repiquetear constante de antiguas teletipos
(que parecían escribir solas, por sí mismas)
cruzando imágenes,
esperanzadas novedades
entre el acostumbrado ripio informativo.

Un escuálido timbrazo
alertaba dramáticas instancias,
desfiladeros al borde
de la catástrofe nuclear,
volviendo quizá de la fonda de la esquina.

Periodistas,
escribas,
simples intermediarios,
formadores de opinión
en casos de excepción,
comunicólogos,
a menudo simples alcahuetes,
sentíamos en el cuerpo
el fluir del acontecer
por el inmaterial
cablerío de la red.

Nos unían afanes profesionales de enterar al mundo
y otros más profundos, de quizá cambiarlo.

En Argentina,
lindo nombre para un país,
nos persiguieron duro,
nos dieron con todo
como solemos decir.

Decenas de miles de desterrados,
presos, torturados, asesinados
(es que decíamos verdades).

Y más de un centenar de los nuestros,
trabajadores de prensa,
informadores nos dirían ahora,
en esa fantasmal categoría
de factura leguleya:
“desaparecidos”.

Hoy como siempre
unos jóvenes magníficos
amplían la huella,
la enriquecen.

Somos optimistas, ingenuos, invencibles.

Nada de otro mundo.
Lo que ha venido ocurriendo.
desde que el mundo es mundo.



Teresa Guarneros es una gran poeta mexicana. Dicen que escribe poco y breve, como Rulfo… No corteja editoriales. Agotó varios libros de su autoría en reducidos tirajes. Pronto verá la luz en FLORICANTO su obra reunida, con el título De la ira y el sosiego. Va un poema suyo:


En el ahogo de mi silencio me desangro,
grito la furia del mundo.
Me detengo un instante en el camino.

Máscaras purulentas se derriten.

¿Es Dios? Me pregunto.


Alejandro de Ferrari, joven poeta, nos asombra por su generosa producción de textos originalísimos e imaginativos, guiados por una polisémica síntesis del hilo de su conciencia, a lo Rimbaud.


Cuando el relámpago se transforme
y el viento de la vida escape al sueño de la noche
no habrá escape para el siervo
ni gema que pueda redimirse al encontrar el otro lado del sol.

La conciencia es indefinible.
No hay evento sin ella.

Mucho menos sin la lluvia en el rostro.

El ocaso es próximo en mi brújula,
como el pájaro que brilla entre los árboles.

El recuerdo, un sueño en la nieve…

No hay más que un grito que galopa,
una figura negra que se precipita en el bosque.
Lluvia de estrellas en el mar.

El búho que vigila la cima de las nubes
—cuando el techo deba derrumbarse,
igual que ese día—
cantará.


Beatriz Saavedra Gastélum (Culiacán, Sinaloa, 1971) es autora de los poemarios Sueño obscuro que somos y Luz de otra sombra, publicados por FLORICANTO. Su obra integra diversas antologías en España, México y Argentina.

Cambia uno de sitio

Escribo tus ideas
violentas

en el lecho transitorio
que entierra penas.

Gastado el sexo
anida sombras

Tiembla,
tirita el día,
yo busco a mi asesino en este filo.



César Rodríguez Diez (Veracruz, 1967) publicó Último turno, El huracán nos pasa, Estaciones restauradas, Ojo de patio. Colabora con publicaciones culturales y asiste a encuentros literarios internacionales. Es ingeniero en sistemas y maestro en negocios.


AMO A ESTE MONSTRUO
vulnerable
corazón en furia
y su necesidad
contra mi cuerpo.

Sus resoplidos de ogro
son vendaval en mi piel.

Si pudiera escapar de su reguero oscuro…

Pero, animal primario,
desprende con su lengua mis tajadas
hasta deshabitar los pliegues,
y decanta el blanco germen de la urgencia.

Regresa abominable
en parvadas de murciélagos absortos,
y no por soledad,
con tirantez que me ata y me sacude.

En laberinto propio
me seduce de olvido
si se aleja.

Somos uno:
fin último y espera
en el opuesto
anhelo.



Iliana Godoy, creadora y alma de FLORICANTO, posee una vasta obra poética con una veintena de títulos. Recibió, entre otras distinciones, el Premio Luis Cernuda 1986 en Sevilla, por su poemario Mástil en tierra, el del Instituto Nacional de Bellas Artes por Invicta carne, y el de Poesía Breve en Valparaíso 1991. El Fondo de Cultura Económica publicó su antología personal Conjuro del espejo.


Tragafuegos

Vulva al rojo vivo
abierta al límite pariendo lumbre.

Erupción que fulmina al aire corrompido
escupe en pleno rostro del crepúsculo,
vomita sobre el asno de oro
que campea sus falsos estandartes.

Tu grito incandescente
hará brotar las heces que la ciudad esconde,
cuerpo que día a día acumulas veneno,
panal donde se forja la redención del alba.


Una gota en cada uno de tus poros
tendrá que ser la chispa
que propague el incendio.



El intenso poeta Javier Gaytán (1971, DF) estudió la licenciatura en Letras Hispánicas en la UAM, la de creación literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, y se diplomó en la SOGEM. Publicó los poemarios Jauría y Cobalto sangre.


Rebelde

Yo nací un seis de julio
cuando Dios estaba vivo,
en pie de guerra,
y aún no lo habían secuestrado.

Las putas dicen que mi piel es mala
y mi torpeza, buena.

Lo único que sé es que soy humano.
Y que yo nací
cuando Dios estaba vivo,
sensible,
un tanto gordo.

Él después de preparar mis maletas
y de corretearme por sus jardines,
me expulsó del paraíso.



Marlene Villatoro (Chiapas) publicó seis poemarios. El más reciente, La culpa del origen. Obtuvo en Madrid el Premio José Ortega y Gasset 1996 y el de la asociación internacional La Porte des Poetes. Aparece en diferentes y calificadas antologías.



EL TIEMPO GIRA CON TODAS SUS ALAS
como un viejo molino de pájaros
y la mirada del águila
enciende el corazón del río Usumacinta

Nosotros
los de siempre
llevamos la edad infinita de sus náufragos
el sonido del machete entre la milpa
la tarde triste de la aldea
y la noche cantada por los grillos

Este tiempo
no es de llantos y preguntas
sino de salvarse de la fuerza de su paso
entre pueblos y caminos
donde duermen las piedras y el silencio

No es momento
de ahogarnos en su ebriedad de río
sino de recoger la semilla de sus aguas
donde crecen raíces y reptiles
entre bosques voluptuosos de enigmas y misterios

Es la hora de escuchar la alegría de sus años
correr tras el vuelo del águila
mientras la tierra fecunda
entre guayacanes



Elia Espinosa publicó tres poemarios, tiene en vías de edición otro volumen titulado Vórtices, y en proceso de elaboración la obra Acontecer. Estudió en la UNAM y en París VIII, donde obtuvo los grados de Licenciada en Historia y Doctora en Historia del Arte y Estética. Es investigadora-en el Instituto de Investigaciones Estéticas y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.



Miré por la ventana de mi violencia.

Tremor
grito y caída.

Traté de apaciguarla
desde mis ojos.

El corazón me sigue preguntando:
¿quién era?




Pablo Romay, poeta, periodista, fotógrafo, piloto aviador, nació en la ciudad de México en 1976. Integró el binomio que reunió y seleccionó la antología Palabras de poesía, tarea que se nombra con el infortunado neologismo coantólogo, donde están representados cincuenta poetas mexicanos, y que fuera publicada por la Editorial Siglo XXI en 2008.


Como palabra


Como una palabra te formas,
parte por parte, te elevas,
te pido
y apareces frente a mí maravillosa,
te muestras, no te tapa nada,
te quedas desnuda,
pero no distingo, no te comprendo,
no entiendo lo que quieres decir,
y te borras, te vas, te desunes,
apareces con una nueva forma,
diferente,
más extraña, más significada,
menos entendida,
más palabra.


Elvia de Angelis. Poeta, ensayista, traductora. Entre sus libros de poesía publicados sobresalen: Memoria de la muerte, Ave, y Fugaces. Su traducción de La poesía completa de Cesare Pavese le mereció la distinción de Traductor Ilustre, Premio Monselice 2002, Italia. Su obra ha sido traducida al italiano y al inglés


¿Qué hay al otro lado?
Más allá de la bruma,
¿quién me aguarda?
Acaso en el infinito,
donde no soy nada,
ni recuerdo, ni pasión, ni ansiedad,
donde todo se dispersa, deja de ser, fluye,
acaso te encontraré por siempre
y, contigo, a todos los amados,
ahora partículas,
pedazos de alma diminutos,
inasibles, indistintos...

Acaso allí,
arribaré a mi puerto.

Y, como los pájaros,
extenderé las alas.

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